jueves, 4 de septiembre de 2008

Observación de Eudald


Hace ya casi un par de semanas que he vuelto de Ruai. Aunque habría que matizar la palabra volver: físicamente ya estamos en España, pero mentalmente yo sigo disfrutando de nuestra estancia allí. Casi podría decir que sigo estando allí.
La verdad es que un viaje de las características que ha tenido el nuestro no deja indiferente. Imposible volver y ser la misma persona que te habías ido:
Por un lado por todo lo que hemos dado y nos ha hecho muy felices: nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, enseñar y realizar actividades escolares y creativas con los niños, la construcción del camino principal de la escuela para evitar que los niños se llenen de barro cuando llueve, montar la estructura para el tanque de agua corriente para la escuela, la atención médica, el material escolar y los medicamentos que se han quedado allí así como el dinero, y muchas cosas más.
Por otro lado por todo lo que hemos recibido y nos ha hecho mejorar: el contacto y la relación con la gente de allí, si lo sabes aprovechar bien, te enriquecen como persona.
Y finalmente por la grandísima ilusión que tenemos ahora de seguir trabajando para aportar todo lo que seamos capaces -nuestro “granito de arena”- para todas estas personas que hemos conocido en Ruai y otros lugares de Kenya, que siguen necesitando de nuestra y de vuestra aportación.

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